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Egunen batean mundua lehunagoa
eginen da gure inguruan
eta nahinorantz abiatuko gara
nahieran
eta maite ditugun lagunak
besarkatuko
eta den edaririk bizigarriena
edanen
eta legeaz landako gure mintzairan
solastatuko
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Joseba Sarrionandia
Inveniam viam aut faciam
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Seneca
Aiaraldea es una cooperativa integral de consumo, sin ánimo de lucro, y de iniciativa social creada en la comarca del País Vasco del mismo nombre, para prestar servicios de apoyo y asistencia a través de actividades culturales y educativas en euskera, mediante la promoción y gestión de bienes y servicios producidos en euskera, tanto para los socios de la misma, como para el resto de ciudadanos, asociaciones, empresas e instituciones, en las áreas de ocio, comunicación, cultura, educación, normalización del lenguaje, soberanía alimentaria, feminismo, economía social y desarrollo comunitario regional, en la medida en que el mercado no responde a estas necesidades sociales. Para el desarrollo de estos objetivos resulta fundamental la creación de una sede social que albergue las oficinas de la cooperativa, las del medio de comunicación y las de la empresa de servicios, y que sirva además como espacio de reunión de los socios y para la realización de las actividades sociales, culturales y educativas ligadas a la asociación. Surge así tras un largo y complicado proceso de elaboración de un programa viable, de búsqueda de un espacio susceptible de ser transformado en sede social y de exploración de las vías de financiación y crowdfunding, Aiaraldea Ekintzen Faktoria la Faktoria de Acciones de Aiaraldea, un ambicioso proyecto que integra un programa amplio y exigente, con muchos usos distintos y contrapuestos, en un espacio de alta calidad espacial y ambiental. El proyecto para un espacio adaptable y polivalente, incluye todo el trabajo de prediseño necesario para su finalización a largo plazo, si bien la construcción se llevará a cabo en diferentes fases de acuerdo con los recursos y las necesidades de cada período. Además debido a los condicionantes económicos, gran parte de los trabajos se realiza en mediante trabajos comunitarios o en auzolan, un término vasco utilizado para definir trabajo vecinal gratuito realizado habitualmente en beneficio del pueblo, y ocasionalmente para ayudar a una persona o familia.
El proyecto comparte con otros de su clase la misma lógica que una matryoshka, en el sentido físico literal, donde un conjunto de edificios encaja dentro de otro, y en un sentido social, en el que muchas relaciones e intercambios sociales tienen lugar dentro de un marco más general, un nuevo marco de relación entre personas. Además, la Faktoria debe ser un espacio para la promoción de los valores de la cooperativa, su materialización física, y por ello está realizada con materiales y soluciones de constructivas sostenibles, elegidas para promover las interacciones entre las diferentes áreas y entre sus usuarios. La Faktoria debe ser lo más sostenible posible, tanto en su construcción, como en su uso posterior, y debe estar basada en criterios de adaptabilidad y reversibilidad para permitir la reconfiguración total o parcial del espacio. La propuesta, más allá de cumplir con el programa de necesidades planteado por la cooperativa Aiaraldea, debe actuar como catalizador para potenciar, acelerar y enriquecer las relaciones vibrantes que se han crear en este espacio. Intensificar las relaciones entre los usuarios y al mismo tiempo crear un entorno o escenario -pueblo y plaza- donde se desarrollen estas relaciones. La imagen del pueblo, se enriquece con la idea de la fábrica, una Faktoria donde se manufacturan las acciones y actuaciones socio-culturales del colectivo.
La propuesta reproduce una pequeña estructura urbana, un pueblo, con sus espacios más públicos y privados, sus espacios más amplios y cerrados, su ágora o plaza, sus espacios verdes, etc. El crecimiento de este pueblo resulta más reglado en algunas de sus partes y más orgánico en otras, al desarrollarse en torno a una zona de encuentro, superponiendo espacios y adaptándolo para diferentes usos, en diferentes momentos. Como en una ciudad con el tiempo se podrán ampliar sus áreas, que se extenderán al casco urbano circundante desmaterializando de la envolvente de su continente, el propio pabellón, llevando su vida interior al exterior y colonizando su entorno.
La mencionada estrategia matryoshka, consistente en introducir unos edificios más pequeños dentro del edificio existente, aporta muchas ventajas: Permite mantener la espacialidad de la nave sin acondicionar todo el volumen (ahorro en calefacción y aislamiento). Facilita la legibilidad del espacio de forma muy rápida, favoreciendo la comprensión y localización intuitiva de los distintos espacios y usos internos nada más acceder al mismo. Además, las ventajas arquitectónicas son claras, creando un espacio atractivo y rico, similar a la agrupación orgánica de un viejo villorrio, con sus plazuelas, sus barrios y espacios verdes. El punto de partida para desarrollar esta estrategia es la creación de un módulo de trabajo de geometría simple que adopta volumétricamente la forma de una modesta cabaña. Mediante la repetición y agrupación de estos módulos o cabañas, adaptadas a las distintas necesidades de superficie requeridas para cada uso mediante sutiles cambios de escala, se responde a las necesidades del extenso programa y al mismo tiempo, se asegura la riqueza volumétrica y formal que requiere el conjunto. Ya sean áreas de trabajo, lugares de encuentro, juegos infantiles, cajas escénicas, tabernas, resultan utilizables tanto en su interior, como en su exterior que conformando la topografía construida de este nuevo pueblo
Constructivamente, los módulos de entramado ligero de madera se benefician de la estandarización y la prefabricación, con las ventajas de un sistema modular replicable, que al mismo tiempo, se puede construir fácilmente de forma no especializada. En función de los requerimientos constructivos y de acabado forman cerramientos opacos o translucidos, con diferentes grados de aislamiento y barreras en función de las necesidades higrotérmicas y acústicas. Se utiliza un sistema constructivo ligero y limpio, de pequeñas y bien distribuidas cargas que evita costosas cimentaciones; y que permite el acondicionamiento termo-acústico de los espacios de estancia y trabajo que lo requieran, sin tener que calentar todo el volumen del pabellón que además actúa como colchón termo acústico.
El programa Faktoria de Acciones de Aiaraldea se articula en torno a dos ejes principales, los espacios de trabajo para los socios trabajadores de la cooperativa y los espacios para esparcimiento y actividades del resto de socios. Estos usos principales se ubican tanto en áreas compartimentadas como compartidas. Se genera un sistema espacial que clasifica las interrelaciones de los diferentes usos, y las promueve o ralentiza según sea necesario, con la ayuda de sistemas constructivos que permiten la versatilidad presente y futuras reconfiguraciones.
Espacialmente, la Faktoria propone un espacio de muy fácil lectura, muy abierto y permeable. Los diferentes usos se organizan en torno a un espacio central que funciona como una plaza de pueblo. Este espacio está estrechamente conectado con la entrada principal noroeste y a su alrededor se encuentran los usos más públicos de la Faktoria, los espacios infantiles, el economato de comercio justo para los socios, el pequeño escenario, la taberna y la cocina, así como los espacios servidores, aseos, vestuarios y camerinos. Como en las plazas públicas el espacio es polivalente, puede albergar el mercado o un concierto dependiendo de las necesidades de los diferentes días y horarios. Una pequeña caja de escenario abierta a ambos lados sirve tanto para los eventos más abiertos y concurridos de la plaza, como para los previstos en la sala multiusos más pequeña o tranquila situada bajo los espacios de trabajo de la primera planta en la que genera una topografía utilizable. Aunque como en un pueblo toda la Fábrica se convierte en un patio de recreo, se ha proyectado un espacio especialmente diseñado para el juego y disfrute de los niños y niñas, junto a la entrada delantera, permitiendo extender los juegos al exterior. Junto a estas se estaciona una cabaña móvil o itinerante, que funciona como stand, barra, punto de información o pop up-store, la única especialmente diseñada para salir a la calle, con unas dimensiones que facilitan su transporte por carretera y unas características constructivas permiten su uso a la intemperie. Junto al acceso también se sitúa la oficina y caja del economato de productos locales y de comercio justo, donde se almacenan los expositores móviles que salen a la plaza en horario de mercado y sobre el mismo se sitúa un área de exposición de productos con mobiliario adaptable integrado en la estructura.
Los espacios que acogen los usos más privados, las oficinas de la cooperativa y del medio de comunicación y las salas de reuniones, se encuentran en el piso superior en un conjunto de cabañas acondicionadas y aisladas térmica y acústicamente dispuestas alrededor de otra pequeña plaza. Las áreas de trabajo se comunican con la plaza superior y las terrazas privadas circundantes, que pueden usarse para relajarse o como lugar de reunión para los trabajadores y el gran volumen de la caja escénica es aprovechada como si de un accidente topográfico se tratara, para proteger la intimidad de este barrio alto y para generar un espacio utilizable sobre la misma a modo de graderío.
Por último, en la planta baja se ubican los espacios servidores, aseos, almacenes e instalaciones no interfieren en la permeabilidad de las secuencias espaciales de la Faktoria al disponer de varios accesos comunicados, de forma que como en el caso del salón de eventos cuando no está en uso, los aseos se pueden utilizar en los recorridos internos conectando las dos fachadas del edificio.
A pesar de su gran importancia algunas de las intervenciones planteadas en proyecto no han podido llevarse a cabo en su totalidad en esta primera fase. A fin de visibilizar la Faktoria y aumentar la calidad espacial del ámbito se planteaba la desmaterialización de la envolvente del pabellón mediante paneles de policarbonato y nuevos acristalamientos y aumentar la permeabilidad y la apertura del mismo mediantes grandes paneles correderos en ambas fachadas. De esta forma las actividades interiores se extenderían a las áreas adyacentes, colonizadas a través del sistema Parkez, un sistema modular de ampliación de aceras utilizando el espacio de aparcamiento desarrollado en el estudio behark. Igualmente se planteaba la transformación de la visera sur del pabellón en una soleada terraza exterior para los trabajadores de la cooperativa.
Aunque estas actuaciones se han pospuesto para fases posteriores, por problemas de financiación, Aiaraldea Ekintzen Faktoria es un proyecto vivo y en continuo desarrollo, y muchos trabajos se siguen desarrollando en la actualidad, como la fabricación del mobiliario diseñado ex profeso. La faktoria ha sido construida en gran parte mediante el trabajo comunitario de los propios socios, desde el trabajo de diseño del estudio de arquitectura y hasta los muchos de los gremios que han intervenido en la obra, algo de gran importancia para el fomento de la sensación de pertenencia y para favorecer el impulso del proyecto sociocultural que representa. Es la demostración del potencial latente en cualquier proyecto de transformación desarrollado con compromiso y dedicación, incluso cuando se enfrenta a presupuestos muy ajustados. Como una estructura urbana o fabril de crecimiento orgánico la Faktoria se extiende dentro de la nave y se extenderá fuera, para brindar escenarios inesperados y enriquecedores a la comunidad que la hace posible.