El encargo contemplaba la construcción inmediata de una vivienda unifamiliar y los anexos ligados a la misma en una parcela colindante hacia el norte con los últimos desarrollos urbanísticos del principal núcleo urbano de Zaratamo, el barrio de Elexalde, pero dado que el solar había de acoger en un futuro dos viviendas, se planteó una primera fase de estudio para ordenación de la parcela que incluía el anteproyecto de ambas casas, de forma que por un lado se garantizase una convivencia adecuada de las mismas y el correcto encaje urbanístico de la propuesta.
La parcela se despliega hacia el sur con una pendiente sostenida, desde el muro de contención que la separa de las últimas viviendas del barrio, hasta encontrarse con un pequeño arroyo, que la delimita en dicha orientación, mientras que una carretera foral hace lo propio hacia el este. A los condicionantes urbanísticos que imponen estos linderos, se unía además la voluntad de aprovechar convenientemente las orientaciones para un óptimo comportamiento energético de las viviendas, abriendo las edificaciones a las amplias vistas hacia sur. Dada la condición de remate de los desarrollos urbanos y la situación a caballo entre el suelo rural circundante y el núcleo central de Zaratamo, resultaba también fundamental un correcto encaje paisajístico de la intervención. Las viviendas proyectadas conforman una ordenación en L que domina el paisaje que las rodea y al mismo tiempo favorece la privacidad frente a las edificaciones adyacentes.
Esta ordenación responde a la necesidad de un óptimo aprovechamiento del escaso terreno compartido, mediante una clara vocación de compartir el espacio circundante en vez de fraccionarlo y dividirlo, como ocurre con muchas de las actuaciones en desarrollos similares de baja densidad, y aprovecha los desniveles de la parcela para una mejor integración de las edificaciones en el entorno. Una de las viviendas, la situada en el extremo superior de la parcela se desarrolla de forma horizontal y tendida en consonancia con la pendiente más ligera del terreno, mientras que la segunda se configura en altura, a modo de torre, a fin de compensar su ubicación en una zona de mayor pendiente y menor cota. El armonioso diálogo volumétrico entre ambas resulta reminiscente de los pequeños núcleos rurales o baserris, que conforman los caseríos o casas de labranza de la zona.
La primera vivienda construida, la casa deambulatorio, responde a la intención de proyectar un edificio contemporáneo pero respetuoso con la tradición arquitectónica local. Las tipologías de cobertizos y caseríos de la región presentan generalmente grandes cubiertas inclinadas a dos aguas, algunos con cumbreras perpendiculares a las curvas de nivel y otros con cumbreras paralelas, estos últimos más fácilmente ampliables. Combinando ambos sistemas mediante una geometría aparentemente sencilla, la dos orientaciones principales de la casa presentan una cubierta inclinada a dos aguas, de forma que la propuesta crea una síntesis respetuosa y dota edificio de una imagen contemporánea, pero a la vez reminiscente de los caseríos a dos aguas tanto en su alzado principal, más expuesto al paisaje circundante, como en sus alzados laterales de escala más contenida y adaptada al acceso desde la calle. Este sencillo gesto facilita la percepción de la forma prototípica de la casa en una estructura que es su vez tradicional y contemporánea, con una escala que además se adapta en función de su orientación para un correcto encaje paisajístico.
La edificación se integra en la topografía existente tanto en su volumetría como en su funcionamiento y en la distribución de sus espacios habitables, modificándola solo de forma sutil para esconder sus anexos en espacios parcialmente excavados. Así, aunque el programa residencial se desarrolla en dos plantas estas se deslizan en sentido longitudinal una sobre la otra, creando un escalonamiento en la dirección de la pendiente hacia el oeste, que la volumetría de la cubierta inclinada se encarga de suavizar dotando al conjunto una imagen coherente y unitaria.
El acceso peatonal principal a la vivienda se produce por una plataforma a cota de la planta superior en la zona más cercana al núcleo urbano, coincidente con la cota de mayor altura de la parcela y con la rasante de la calle desde la cual la vivienda se percibe como un volumen de escasa altura. En esta cota superior se sitúan los espacios más privados de la casa, los dormitorios, el estudio superior y las zonas de juegos y estudio de los niños, así como los cuartos de aseo. Todas las estancias se distribuyen como un alrededor del hall de acceso superior y se comunican entre sí formando un deambulatorio continuo alrededor de las fachadas exteriores. Este deambulatorio que puede ser compartimentado mediante paneles correderos permite percibir el espacio como un continuo profusamente iluminado desde los múltiples huecos de la fachada sur y lucernarios en la norte. En el hall de acceso se sitúa la escalera que desciende a la planta inferior de la vivienda que acoge los espacios más públicos ligados a las terrazas exteriores y a los terrenos adyacentes. Así la planta inferior alberga el salón con el hogar y la cocina. Comunicando ambas estancias, se sitúa un espacio versátil, que puede funcionar como comedor, como terraza cubierta e incluso dispone de barbacoa, por ser adaptable para su funcionamiento como espacio interior o exterior en función de la época del año, la climatología y los deseos de los habitantes de la casa. Esta versatilidad se logra mediante un sistema de grandes paneles vidriados que permiten cerrar o abrir el espacio en múltiples configuraciones según las necesidades de cada momento. El programa se completa mediante un basamento de hormigón que acoge los anexos ligados a la vivienda, situados bajo la plataforma de acceso de la planta superior y comunicados con el resto de la vivienda desde el hall de acceso inferior situado en el aparcamiento cubierto. Este amplio espacio de múltiples usos está dotado de un patio inglés de iluminación y ventilación en su extremo norte, comunicado con la plataforma superior de acceso peatonal mediante una escalera exterior. Además de la sala de instalaciones de geotermia, el basamento pétreo acoge también un espacio de lavadero y tendedero accesible desde el aparcamiento, el jardín exterior y la propia vivienda. La continuidad y permeabilidad de los espacios de la planta primera se reproduce en la planta inferior donde tanto los espacios de vivienda como los anexos generan un continuo accesible y abierto.
El respeto por la tradición local se ha trasladado asimismo a la vertiente constructiva y a la elección de materiales de acabado de la edificación, proyectando un edificio con estructura y cerramientos en madera y piedra manufacturada. La estructura principal de la vivienda, resuelta mediante paneles de madera contralaminada y revestida de una fachada ventilada resuelta con un entablado vertical de madera termotratada en una planta de la zona y acabada en color grafito, se apoya en un basamento semienterrado de hormigón, a modo de una gran roca excavada en el terreno. El revestimiento de las fachadas de madera oscura recuerda a los grandes paños centrales de los caseríos y a los cobertizos de la región, mientras que el hormigón del basamento es tratado mediante hidroabrasión, un proceso de abrasión mediante agua a presión que deja a la vista el árido de garbancillo y lo convierte de facto en una fachada de piedra. La tradición resulta así, reinterpretada de forma contemporánea.
La vivienda presenta dos grandes fachadas una más cerrada y protegida orientada al norte y otra más abierta y permeable, con grandes paneles vidriados hacia el sur. La vivienda resulta así más privada en las orientaciones más expuestas a la edificación adyacente, a la par que aprovecha las orientaciones, a fin de optimizar su eficiencia energética, dotando además a las terrazas de la fachada sur de protecciones solares, mediante celosías de lamas correderas, y especialmente, mediante las viseras de hormigón que las protege de la lluvia, al mismo tiempo que actúan de brise-soleil para los grandes ventanales de la planta inferior en verano. De esta forma la edificación consigue un excelente rendimiento energético, lo que unido a otras medidas de diseño y constructivas, como la implementación de una capa continua de aislamiento térmico de 14 cm sin ningún puente térmico, ventilación mediante recuperadores de calor y calefacción y climatización mediante geotermia, favorece la obtención de una calificación energética A.