La presente propuesta tiene como objetivo la puesta en valor del propio pueblo de Araia, potenciando un desarrollo sobre sí mismo, sobre la base establecida en la memoria histórica y colectiva y el imaginario de sus habitantes. Es ante todo una propuesta que pretende sumar.

La trama urbana creada a lo largo de los años, prevalece. Se trata de que aflore, que se despoje de los elementos que la distorsionan.

En esta reflexión se opta por poner en valor ciertos elementos pertenecientes a ese imaginario y utilizarlos como recurso en la intervención, ya que caracterizan y cualifican de manera definitiva la vida de Araia.

Estamos convencidos de que estos elementos existentes, que ya no responden al espacio a habitar deseado,  que no son de buena calidad, o que simplemente no son acordes a la normativa contemporánea, se pueden rescatar, se pueden “poner al día”, recuperar, con cierta dignidad, su papel adaptarse a nuevas funciones.

Por otra parte se pretende también que el espacio público sea el elemento cohesionador, el verdadero protagonista de la convivencia.

La estrategia utilizada es sencilla, consideramos que la huella edificatoria del ámbito de actuación no debe alterarse y planteamos un tapiz que potencie la concatenación de espacios, una trama regular que sirva para extender la ordenación mediante una imagen unitaria, pero a la vez capaz de responder de manera específica a la diversidad de la secuencia de espacios urbanos de Araia.

La secuencia de espacios acotados pero siempre interconectados, permite el enriquecimiento de la trama, y la cohesión de la misma.

Para ello, se recupera todo el centro para el peatón y las circulaciones rodadas se plantean alrededor de este espacio urbano central, en forma de anillo. Desplazando las zonas de aparcamiento a zonas que hoy en día son espacios residuales.