Un emplazamiento extraordinario, una climatología exigente, y un programa extremadamente singular, unidos a la habitual normativa restrictiva para suelo rural y a una petición por parte de los propietarios muy común en Euskal Herria: queremos un baserri. Estos fueron los condicionantes de partida del proyecto para una casa en Gorbeialdea para una pareja veterinarios que además regentan una explotación de vacuno de carne de producción ecológica, y sus dos hijos. Se requería además, una vivienda extremadamente eficiente térmicamente y luminosa, y que la propiedad pudiera contribuir en las labores de construcción de la misma. El proyecto sirve para articular una reflexión sobre cómo se debe concebir una vivienda rural ligada a la tradición constructiva y arquitectónica autóctona, desde un punto de vista contemporáneo. Esto implica que este ideada para la forma de vida actual y adaptada a las necesidades de confort higrotérmico y lumínico exigidas en la actualidad. Se buscaba además en este caso que fuese lo más sostenible posible tanto en su construcción como en su uso posterior.
Con la intención de proyectar un edificio respetuoso con la tradición arquitectónica local, se analizaron las tipologías de cobertizos y caseríos del entorno y se acordó con los propietarios reinterpretarlos de una manera simple y coherente, usando los materiales en base a su función constructiva y huyendo de elementos decorativos que unicamente pretenden la simple imitación estética, a modo de pastiche, de una tipología particular.
Los principales materiales empleados son el hormigón, la piedra, y la madera. De los materiales elegidos la madera adquiere una importancia especial, por su uso intensivo y por ser el material que sirve como puente o nexo entre lo tradicional y lo contemporáneo, en base a las diversas formas en las que se presenta en el proyecto, ya sea como elemento estructural principal (laminada encolada y maciza KVH), como revestimiento, tanto en el interior como en el exterior de la vivienda, o conformando gran parte de los elementos singulares (escaleras, elementos de protección solar, etc.)
La vivienda se sitúa en un terreno escarpado en una ladera orientada hacia el sur, con vistas al impresionante macizo rocoso de Itxina en Gorbea y al valle que se extiende a sus pies. A pesar de lo expuesto de su situación, desde un inicio se decidió emplazar la vivienda en la cota superior del terreno disponible, ya que el arbolado existente en la parte baja del mismo, unos enormes pinos, impedía las vistas al valle. Lamentablemente estos hermosos árboles que protegían la parte más occidental de la vivienda, fueron talados durante la construcción de la misma por los propietarios de los terrenos adyacentes.
La edificación tiene forma rectangular y se desarrolla en una sola planta que se escalona para adaptarse a la topografía existente, coronada por una cubierta inclinada a dos aguas asimétrica, resuelta en su lado más largo, con una pendiente similar a la del terreno sobre el que se asienta. La gran cubierta sirve además para acoger el complejo y poco ortodoxo programa de vivienda y anexos ligados a la explotación ganadera, dando al conjunto una imagen coherente y unitaria. El programa residencial se sitúa en la parte central de la edificación en una planta baja que se escalona para formar dos plataformas a distintas cotas, una superior en la que se sitúan los dormitorios, todos con sus servicios y un estudio, y una inferior donde se encuentra la cocina-comedor y el salón así como un pequeño aseo y una despensa-lavadero, que sirve de sala de máquinas para la bomba de calor de geotérmica. Ambas cotas se comunican mediante una escalera de peldaños macizos de roble soportados por una losa de madera contralaminada. El acceso principal se produce en la planta superior desde una zona de soportal cubierta que sirve también como estacionamiento para vehículos y maquinaria. En este espacio cubierto se sitúan los anexos ligados a la explotación agroganadera, los boxes para los caballos, y el almacén de pienso, paja y útiles varios, protegidos por los muros de contención de hormigón visto al interior, con el acabado de la textura de su encofrado de entarimado vertical de madera. Desde este espacio exterior es posible acceder también al espacio bajocubierta que se habilita como almacén también vinculado a la explotación. De forma análoga a la arquitectura tradicional este espacio esta ventilado y sirve de almacén de paja, lo que contribuye de forma notable al buen rendimiento térmico de la vivienda. La solución de cubierta se ha proyectado de forma que funcione como una cubierta fría sobre las partes no habitadas, y como cubierta aislada doblemente ventilada sobre los recintos habitables, con 14 cm de aislamiento térmico entre los cabios que son recubiertos al interior mediante entarimado y otros 6 de cámara ventilada.
Al tratarse de una vivienda ligada a una explotación ganadera el edificio está dotado de una entrada de trabajo independiente desde la que se accede a un espacio de vestuario y un aseo, comunicado con la vivienda. En la plataforma inferior se sitúa un espacio cubierto desarrollado de forma análoga al espacio de soportal superior pero de distinto uso, como terraza cubierta vinculada a los espacios de estar y cocina, además de una especie de pequeño patio inglés que sirve de tendedero protegido y de unos pequeños nichos para ubicar una barbacoa y un fregadero y almacenaje vinculados al uso principal.
El aspecto exterior es similar al de las edificaciones de la zona tanto por la volumetría de la edificación como por la estructura vista de madera y los revestimientos de piedra en planta baja y madera en planta superior. La fachada ventilada de madera se ha realizado con madera de pino del país modificada térmicamente en una planta cercana en Orozko, para mejorar su durabilidad y estabilidad sin tener que recurrir a tratamientos químicos. El revestimiento de tablazón de madera termotratada de 14 cm de anchura y acabado en color grafito, se ha colocado en vertical con juntas a tope y sobre doble enrastrelado de listones de madera para formación de cámara ventilada. Las contraventanas, paneles correderos y celosías de protección solar, son del mismo tipo de madera termotratada.
La edificación ofrece dos grandes fachadas, una más cerrada y protegida orientada al norte, y otra más abierta hacia el sur. De esta forma se aprovechan las orientaciones de la vivienda, a fin de optimizar su eficiencia energética, dotando además a las terrazas de la fachada sur de protecciones solares, mediante lamas correderas, y especialmente, mediante el mayor vuelo del bajocubierta sobre las mismas que las protege de la lluvia, al mismo tiempo que actúa de brise-soleil en verano.
Por último, la energía geotérmica proporciona alrededor de un 80% de la energía necesaria para el calentamiento de la vivienda, mediante un sistema de captación vertical con 160 metros de perforación bajo tierra. El calor del subsuelo se traspasa al caudal de agua del suelo radiante, que se complementa con un dispositivo de refrigeración en los meses más cálidos.